Es muy difícil hablar de la historia de la Parroquia San José Obrero sin hacer referencia a su poblado, San Antonio, en cuyo corazón viene funcionando pastoralmente desde hace unos 25 años. Por tal razón, iniciamos haciendo referencia a la historia del poblado San Antonio, para entender mejor los orígenes de la Parroquia San José Obrero.
En un hermoso artículo del P. Ángel Luis Ríos, publicado en una revista de la Alcaldía de Aguadilla, con motivo de la celebración de las Fiestas Patronales de San Antonio de Abril de 1990, se afirma que el poblado de San Antonio, al igual que el pueblo de Israel, ha tenido también su éxodo, siendo este su tercer asentamiento. Y así como Israel tuvo siempre en todo su peregrinar, la mano poderosa de Yavé que le protegía por medio de patriarcas y profetas, así también el poblado San Antonio no ha dejado de sentir esa misma mano guiándole, esta vez por medio del gran patriarca del cristianismo, San José Obrero.
Nos cuentan algunos de nuestros hermanos del primer San Antonio, continúa diciendo el P. Ríos, que en “Cuatro Calles” (Borinquén Abajo) estaba la Iglesia Católica del Poblado, en la cual se veneraba al actual patrón. Cuando fue desalojado el pueblito, también lo fue la Iglesia Católica; juntos de nuevo tuvieron que emigrar.
Nació entonces el segundo San Antonio y allí la Iglesia funcionó en una “casucha”, vieja y destartalada. Allí se estableció el nuevo templo, donde acudían los fieles del poblado para la Santa Misa y los demás sacramentos. Dice el P. Ángel L. Ríos en su artículo “El Poblado San Antonio y la Devoción a San José”: El tiempo, el destino y el militarismo, volvieron a desalojar a nuestro querido pueblito. Es entonces, cuando nace el actual San Antonio, hace alrededor de 41 años; se distribuyeron solares a los pobladores del nuevo asentamiento, asignándosele uno a la Iglesia Católica para construir un templo.
No había dinero para la construcción. La Iglesia se tornó “doméstica”, pues, los fieles se reunían por las casas para las celebraciones; no había Parroquia (templo), pero el Señor se encargó de iluminar al señor Efraín Motta a establecer el Teatro San José, convirtiéndolo en la nueva capilla, en la cual se oficiaban misas, se celebraban matrimonios y se enseñaba el catecismo. El tesón de los fieles y el patrocinio, otra vez, de San José, hicieron posible la construcción de la capilla, la que tenemos hoy frente a la plaza.
En 1975, el obispo de Arecibo, Miguel Rodríguez, decretó que se separaran de la parroquia San Carlos los barrios: Guerrero, Ceiba Alta y parte de Ceiba Baja. Se desmembrarían también de la parroquia La Milagrosa los barrios: Ramey, Maleza Alta, Aguacate y Montaña; todos estos barrios formarían una nueva parroquia bajo la advocación de San José Obrero.
A continuación presentamos los nombres de los sacerdotes que han administrado espiritualmente a esta parroquia desde su creación canónica en (octubre ?) de 1975:
No se debe pasar por alto el valioso aporte que hicieron los padres Redentoristas cuando San José Obrero era simplemente una capillita, pues, gracias a su dinámica acción evangelizadora, fueron preparando los corazones para sembrar la semillita de la Fe.
En octubre del 1996, la feligresía de San José Obrero acoge con alegría, ilusión y mucha esperanza a la nueva comunidad de religiosos, los salesianos de don Bosco, la cual venía a hacerse cargo de la administración pastoral de la parroquia del poblado de San Antonio.